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martes, 18 de septiembre de 2018

Producto Junio- Julio


El Sentir y Conectarse con el otro a través del sentimiento intimista que nos motiva a unificarnos





He tenido momentos en los que simplemente voy levitando por el camino que sigo , momentos en los que no importa el universo, mi yo, sólo me acompaña, esos momentos en mi indescifrable congelación, son frecuentes, pero para mí, son sólo la marca de un sueño que quiero evitar, como decía, en el camino voy siguiendo el paso que me forja las circunstancias irremediablemente, eso sí, siempre algo, algo, en el camino  me sorprende, una muerte, una simple pluma caer, el sonido de la hojarasca entre mis pies, o una persona que pide un poco de comida, o una comunidad indígena postrada en una avenida, esos son los momentos en los que mi ser egocéntrico se fija dónde estoy pisando , hacia donde voy, incluso como estoy respirando, noto entonces que hasta ahora no he vivido, me he vuelto una máquina de sólo mi imaginación en la que no quiero ver el mundo en el que vivo, por fin me doy cuenta que tal vez el camino por el que voy no es el correcto y entonces me siento perdido.

Hago un retrato intimista porque es así como le encuentro más sentido a la humanidad a la que pertenezco, esta humanidad que me recuerda siempre mi cuerpo, esa congelación que me separa de lo real, mencionaba que dicho momento es casi como volver a estar despierto, me recuerda la  novelas de Saramago, ésta somnolencia constante me ha putrificado interiormente, sin notarlo de hecho, es como sí mis tejidos sensitivos, lentamente se fueran marchitando y ahora que quiero sentir, entiendo porque me cuesta tanto, ser compasivo, no indiferente, algo muy extraño de ver  en las vertiginosas calles de mi Barrio, en los lugares cercanos al colegio, lugares en los que no me he conectado porque simplemente soy un cosmopólita, que a estilo colibrí, succiona  todas  las flores sin apreciar su belleza, belleza que como decía Krishnamurti (1) también se encuentra en la fealdad o realidad de las situaciones, sospecho que así como ignoré la belleza también ignoré el patrimonio, la cultura, toda la dimensión que posee un territorio, que en mi caso es Colombia. Éste descubrimiento de mi decadencia me ha llevado a perder el horizonte en la vida, una vida en la que no comprendía el rumbo de mi especie, ni las circunstancias de mi aparición en este mundo, sí, es aquello que llaman confusión o depresión existencial, la cual he tratado de normalizar por el hecho de que mucha personas lo han padecido, pero normalizar no me solucionó nada, simplemente lo invisibiliza y se convierte en una estaca frecuente, me he sugerido a mí mismo ser un demente, con el afán de encontrar algo, así sea diferente, en el que me pueda acoplar, no obstante como decía al inicio si no estoy presente no lograré conectarme con la realidad, ni con mi los demás seres.

Pues bien, dichas situaciones me suscitan infinidad de explicaciones sobre la realidad en el multiverso social que  habito,( aunque en ocasiones me niegue a concebirlo) que como explicaba Pachón (2) es un lugar en dénde convergen crisis ambientales, crisis energéticas, crisis sociales, y fundamentalmente existenciales, en las que como seres individuales, intransigentes y confusos olvidamos nuestra especie, nuestro territorio, nuestras circunstancias que nos forjan y nos conectan desde el pasado y presente, dichos olvidos no son accidentales, son, como afirmó el noruego Peter Zapffe (3) provocadas por nuestro cerebro, en causal de inteligencia, busca un panorama ideal , un cuadro hermoso de la vida como los de la literatura fantástica y no como muchas veces, parecido a una pintura de Otto Dix, no es ilógico entonces ver que lo que buscamos es complacencia y felicidad de cierto modo, una pseudo realidad en la que nuestros cerebros puedan sentirse estables, porque otra realidad  nos desequilibra, en mi caso me desconectó  de mis esperanzas.

Si todo ello nos resulta digamos por un lado positivo, ¿por qué tener que escapar de aquella burbuja perfecta?, pues resulta que sin darnos cuenta por mirar el espejo ficticio, “se nos está quemando el arroz”, por expresarlo coloquialmente, pero es mucho más grave, las crisis son complejas y cada vez entraman más nuestra autodestrucción, descuidamos lo real, somos presos de cualquier distracción que se nos ponga en la mesa, somos devoradores de pastillas anti consciencia, de modo que todo se desborda lentamente.

Un punto importante para dimensionar la crisis global que poseemos, es el miedo, que como afirma Pachón nos constituye, miedo de todo aquello que sea nuevo, miedo de liderar, miedo de pensar, miedo de vivir, e infinidad de miedos, pero sobre todo éste último, así bien, salir a la calle es un riesgo, experimentar lo es aún más, eso se nos ha estado vendiendo, parte de la culpabilidad de aquella sumisión al miedo y por lo tanto buscar como suplantarlo, es el capitalismo, como nuestro cerebro no nos puede distraer eternamente, el afán consumista   es la “pata” que le falta a nuestra mesa, nos permite volvernos poseedores de algo, sentirnos llenos con la espectacularidad (que se nos ha vendido),  que tiene lo nuevo; vender, ofrecer, el mundo está lleno de oportunidades para que te inmovilices, no hagas nada o bien te suicides y no veas más lo que significa ahora ser un homo sapiens sapiens, el miedo , la dependencia, sólo termina cristalizándonos.

En consecuencia, una cuestión vital es qué utilidad podemos desfundar de las crisis que vivimos, cuál es funcionalidad de estar atados al caos, y al miedo, en situaciones de crisis es dónde surgen las resistencias, los cambios, ejemplos históricos como el de la revolución Mexicana, las revoluciones de género, las marchas, las protestas de los estudiantes en Chile, los discursos de Martin Luther King, el fin del conflicto en Irlanda del Norte y del Sur, el reconocimiento de los cabildos urbanos en Colombia, la protección de los páramos en el mismo país, las marchas de las madres o abuelas en Argentina. Todos ellos son solo ejemplos de cómo las crisis son el chispa que incita al cambio, aquella palabra que suena a veces fantasiosa, pero así como invisibilizamos lo que realizamos también invisibilizamos que sí existen ejemplos de la unión de personas, con  un sentido en común, de ello urdimos, especialmente de colectividad, por ello inicié con una narración intimista, por que también he notado que mi esencia es  cercana a la de cualquier ser humano, éste lazo inseparable podría unirnos y en relación con Foucault (1926- 1984), movilizarnos.





De las crisis ambientales y del Arte



Han podido parecer chispas de repetición, pues el mensaje de la movilización es un mensaje antiguo, pero la creatividad se construye en lo antigua, nada es puramente original, por ello el recordar no siempre es replicar, si no re significar.

Así bien concordancia, es preciso resaltar que necesitamos plantar nuevos significados en nuestro terreno social, los significados se han deformado, ser humano ya no significa ser sabio, también, violento, consumista, destructor, ser diferente ahora significa tener concepciones distintas de la realidad, ser afro o indígena o mestizo, significa entre muchas cosas tener una carga cultural imborrable, no significa ser una mezcla palurda y sin sentido, con un fin esclavista o de connotación inferior, es necesario construir nuevos significados, por que frecuentemente  se dice que todo no debe ser tomado literalmente, que es una forma de expresarlo, pero en realidad se esconde bajo antiguos prejuicios que podemos eliminar.

Un prejuicio destacable es el de que la naturaleza está para servirnos y nosotros estamos para usarla a nuestro beneficio máximo, ello provoca una de las crisis más destructoras, las ambiental, por ejemplo, estudios citados por el tiempo y realizados por la ONU afirman que “En los últimos 50 años se han cuadriplicado las emisiones de dióxido de carbono y el calentamiento global” (4) lo sorprendente es que es un estudio de 2002,  años después en 2018 la situación empeora, pero ello es un hecho, ¿cuál es su funcionalidad?, ¿nos moviliza?, eso debería suceder.

Por ejemplo un modo de manifestarse es el arte, como este escrito, como una danza Indígena, como una canción de Bob Marley, un cuadro de Artemisia, el arte es un eje articulador de la difusión del pensamiento, así,  el arte nos conecta, incluso puede que nos recuerde lo extraordinario que puede llegar a ser nuestra especie, por ello el arte es fundamental para mencionadas acciones que en términos ambientales nos dará y les dará a nuestros descendientes más años en la tierra, y sí, una persona ¿qué puede hacer? las crisis parecen ser tan extensas que resultan incalculables, por ello al no comprender su dimensión, se categorizan de imposibles, una sola persona desde una aula en un colegio me demostró cómo una solo individuo puede generar pensamientos colectivos, resistencias,  una persona es capaz de impactar, pero la colectividad hace cambiar lo establecido, esto se ha realizado, como las organizaciones contra la deforestación, las comunidades indígenas, son portadoras del pensamiento de la vida que especifica Botero Uribe (5) un pensamiento que sea el puente en aquello llamado trans naturalidad y naturalidad, son dos mundos opuestos, uno creado por nosotros y el otro nuestro origen, el punto de identificar en dónde nos encontramos es para movilizarnos, no para para estancarnos, por ello la  civilización debe conectarse no tanto al Wi- fi si no a sus ancestros, a su origen, a su territorio, tener un sentido, una identidad en este caso ambiental.

El fin

Como mencionaba al inicio, en dichas caminatas reveladoras concluyen con una meta, un cambio, una propuesta en mi mente de sentir más, pero tiempo después se difumina, entonces que me pregunté ¿qué es aquello que puede permitirme sentir?, recordar el impulso del cambio, muchos discursos, voces, escritos se han despojado al olvido cuando tenían un propósito inicial, tal vez éste lo haga, pero en mi subconsciencia quedará la marca de aquellas caminatas, de aquel sentir la realidad, palparla metafóricamente, un día más para vivir ,es un día más para cambiar, y creer y experimentar, me escucho tan soñador e idealista que suelo deprimirme a la tragedia, pero como lo mencionaba es algo que necesitamos, éstas crisis nos demuestran cómo estamos y tal vez el demostrarnos que podemos avanzar, de modo que la tragedia tiene su cara oculta, muchas veces la negamos.

Entonces puedo decir que escribiendo esto me conecte más a mí mismo, a la vez más a la imaginación de algún lector, pues es humano al igual que yo, mi autorretrato me permite descifrar cómo ésta  percepción me hace más humano, con limitaciones exorbitantes, pero en cierta medida, las necesito , la libertad no es un estado desobligante absoluto más bien, un saber cómo, un qué y un para qué y si  ello no se sabe asumirlo pacíficamente. La humanidad está llamada a la libertad y a la felicidad, es algo que persigue nuestro cerebro, en vez de balbucear en mundos ficticios todo el tiempo, podemos sentir apasionadamente cada momento del día, para forjar identidades nuevas que podrán fortalecer las colectivas, solo si tenemos sabiduría y ver que escupir al piso es escupirnos a nosotros mismos, sentir está ligado al pensar, en él la manifestación por ejemplo del arte, que puede resultar útil para la movilización, y resistir continuamente, sembrando así, como se siembra un árbol, nuevos significados. El miedo nos perseguirá pero podremos evitarlo siempre que la imaginación utópica de un mejor panorama esté presente, porque lo que no ha sido imaginado no puede ser creado, así bien la filosofía ni la literatura, ni absolutamente nada resulta vacío cuando tiene una funcionalidad, es así que la funcionalidad de éste escrito fue mía al conectarme con mi ser, y espero sea suya,  que sea esa muerte en el camino, esa pluma que lo impactó y le regreso el pulso y la constancia de estar vivo, en una vida que no es simplemente cotidiana si no profundamente cambiante, que es y  somos seres humanos  violentes, impulsivos, consumistas, también somos inteligentes, compasivos, sensitivos, sobre todo con posibilidad de dar un sonido al silencio, un color a lo incoloro, un sentimiento a lo vacuo y una respuesta a las crisis que ahora se nos enfrentan.

Referencias de Web-grafía




Recuperado de: http://www.bdigital.unal.edu.co/783/19/263_-_18_Capi_17.pdf

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